no nace ni nomenclatura
nómada negrura;
Nostrasladamus nos norte,
nuestro nogal natura.
narcisista niega néctar,
Nubia némesis, negus niñura.
Este versito lo leí allá por el año 90 en el Clarín, creo que era de un tal Jorge García y está tudo bem, tudo legal. Si alguien lo ubica al verso o a su creador paseme data. Chi vediamo...
Porque estoy todo el día en la catrera panza arriba,
mirando el cielorraso y le meto al mate y a los fasos
balconeando la davi a mi manera.
Porque no me caliento dedeveras
aunque el mundo se rompa a castañazos
y semanas enteras me las paso
meditando bajo la higuera.
Me gritás como una chiva descarriada:
Que por vago que soy estás cansada
de andar cinchando al cuete de la soga,
sin manyar el enorme sacrificio
que hago yo pa' seguir el noble oficio
de los grandes filósofos del yoga.
Yo sé que a muchos no les gusta que me ponga en maestro ciruela y en abogado pero la verdad es que me nefrega, esta va para todos los forros que piensan que las leyes, la justicia y los abogados son TODOS una mierda y creen que solo ellos son personas de bien.
In your face!
El fallo plenario de
El fallo plenario que dio la corte es como una especie de memorandum hacia el resto de las cámaras, salas y juzgados inferiores (2ª y 1ª instancia), para que resuelvan de manera uniforme una demanda de oficio (denuncia del órgano policial) o de parte (instada por un individuo o persona jurídica) a cerca de este tema y no tenga que delegarse de instancia en instancia y producir un gasto administrativo, burocrático y económico hasta la 3ª y última instancia judicial que es
Esto no quiere decir que cada cámara y juzgado tenga que dictar sentencia en concordancia con el fallo plenario de la suprema corte. Los juzgados inferiores bien pueden considerar el consumo y la tenencia como delito –ya que el Código Penal Argentino y otras leyes lo punibilizan-- y como acto inconstitucional –porque cada juzgado y juez tiene independencia en cuanto al criterio doctrinario a seguir en sus sentencias-- y por ende tenga que decantarse nuevamente en el análisis del Supremo Tribunal.
En síntesis: es una directiva, una sugerencia para desabarrotar los juzgados penales y la propia suprema corte.
Continúa en vigencia el artículo 204 bis, ter. y quáter del Código Penal Argentino como también la ley 23,737 y sus modificaciones sobre tenencia y tráfico de estupefacientes.
Por lo tanto las fuerzas policiales del estado (policías provinciales, policía federal, Gendarmería, Prefectura, Policía Aeroportuaria, etc.) pueden detener al tenedor y/o consumidor de una droga y radicar la denuncia en el debido juzgado con competencia territorial.
La faz policial es diferente a la judicial. La policial reacciona según el mandato de la ley, en tanto que el órgano judicial debe sopesar y racionalizar la fuerza irracional de la ley penal manifiesta ante un acto o hecho grupal o individual supuestamente delictivo.
La despenalización está dada solamente en su faz procesal, es decir dentro de un proceso judicial, único instrumento democrático para decidir sobre la inocencia o culpabilidad de una persona ante una omisión o acción penal.
No hay legalización sino hasta que el congreso dicte una ley que sea debidamente reafirmada por el PEN, cosa que solo los usos y costumbres y el tiempo señalaran si es adecuado de dar o no.
Este fallo está sustentado constitucionalmente por el artículo 19 de
Podemos definir como acción privada de un individuo aquel acto que bien puede ser acorde o contrario a la moral pública y al orden (que es el ámbito de las leyes públicas que son erga omnes, o sea sobre la generalidad de todas las personas). Más allá de esto, por ocurrir dentro de la esfera de intimidad de una persona donde ningún tercero, ni siquiera el estado puede ni debe inmiscuirse ya que el derecho a la intimidad y privacidad es un derecho personalísimo inalienable y se encuentra legalmente avalada por
Estos ámbitos de privacidad pueden ser una casa, fundo, departamento, etc., que el consumidor alquile, tenga o del que sea propietario o esté en tránsito; puede ser la casa de otra persona que asienta tal consumo, o en algún local comercial en que se tolere el uso de la droga o estupefaciente. Es casi imposible la protección jurídica que se le puede dar a la esfera corporal de un metro y medio de circunferencia en ámbitos públicos. La doctrina es divergente y poco sustentable en cuanto a la tenencia y uso recreativo de drogas dentro de un vehículo automotor, fluvial o aéreo ya que el consumidor puede ser detectado por alguno de nuestros sentidos y por ende afectar los derechos subjetivos de un tercero; por lo tanto no es recomendable tal liberalidad.
Este es el fondo de la cuestión.
Así que amigos... a disfrutar sin culpa y a no atorarse.
Obviedades:
· Si te quieren detener por éste tema alegá siempre inconstitucionalidad.
· Los apremios (paliza) son ilegales, penalmente punibles.
· No firmes ningún papel, si te obligan o coaccionan refrendá abajo: Apelo.
· Ninguna declaración, cédula o documento policial tiene validez judicial (no es apta como prueba para un proceso judicial).
__Te amo, te adoro, no hay ninguna razón para vivir si no es con vos. Vos sos mi diosa, mi patria, mi política, mi aire. Sos mi única verdad, soy capaz de matar, robar, cometer cualquier horror que me pidas... sabés bien que soy tu esclavo me conmueve y me eterniza tu poder, tu ternura o tu desprecio, oíme bien, por favor. No me importa que me traiciones, no me importa nada, solo vos, te amo y te voy a amar siempre.
Espero y no te veo,
te siento y no te hablo,
contradicción de nuestra mutua adicción,
chocamos sin rasguños,
nos acariciamos con palos
estamos y no somos,
salimos y no entramos
nunca en paralelo,
siempre a contramano;
por el mismo carril
no nos enteramos
aunque estemos frente
al mismo candil
Sin agua y sal no se puede cocinar,
Sin agua y sin sal no se puede llorar,
Poder y no querer,
querer y no deber
Dollar y felicidad,
el eterno cantar,
Indiferentes al ruego y al perdón
somos tan pobres de razón,
la pasión se ha rendido;
el amor se ha marchado
y nosotros aquí plantados,
lado alado enterrando un corazón.
Moscini no lo recordaba perfectamente pero todo había acontecido hacía más de un cuarto de siglo atrás bajo la influencia de músicas del rigor sensual que esparcía la orquesta de Juan Carlos Rampoldi por toda la pista de baile del Hotel Soulage. A la tarde Moscini había estado en los arrabales de la ciudad tratando de amedrentar a un tipo que le estaba "serruchando el piso". Del fulano sólo se enteró que se llamaba Telléz; hubo una corta comunicación y una paliza que se grabaría de por vida en su memoria.
La plácida noche se mecía al compás de los violines de la orquesta, Rumualdo Laussane cantaba Viejo alfarero y él simplemente se imaginaba disfrutar su nerviosismo por la voz caudalosa que hacía de alfombra a la pronta llegada de Gertrudys. Moscini iba por el cuarto cigarro cuando desde las escalinatas de la entrada se desprendió la figura de ella: delicadamente felina dentro de una piel negra que mostraba un perfecto y acorazonado culo aquel que todos los hombres besaban con sus ojos ávidos y escondidos. La cotideana atención provocada por la mujer aumentó cuando desvió sus piernas de la habitual mesa del diputado Canteros y se colocó frente a un Moscini humeante y parco.
La boca, atravesada por el carmín y el delineador confirmaba una importancia y un interés que obviaba y perdonaba en el hervor de la sangre. Él deslizó con presteza la mano hacia la copa y sirviéndole sintió con aprensión hacia el paseo de la tarde moschiniana, la humedad irrevocable del agua del cordón en su zapato.
Aquel semblante templado e indolente había sido el de una mujer, hoy; carnes afuera significaba el de una perra, la zorra que creaba y deshacía a gusto y placer cualquier instancia, cualquier hombre. Desde su más tierna edad había seguido la tradición de las lívidas letras de la milonga para salir de su barrio y dar el espaldarazo a la excecrable raza de barro. Mezcló su rubia pira de cabellos y sus labios entre los licores y sillones de los palacios de Belgrano y sus niños bien; buscando siempre un gil que la acamale. Prueba superada era aquella, sin embargo algo le iba certificando que estaba perdiendo en la carrera. Objetos, cosos, alcohol y locura y todo continuaba siendo barro en medio de los mármoles flagrantes y opulentos. Y todo para qué. Y todo justo ahora.
La copa en sus labios como una extensión y un síntoma de ella viéndola a los ojos, intentando afinar la cordura y la justificación del engaño y el suicidio. No había modo, ya todo estaba consumado, sólo por eso se podía brindar.
__¿Bailamos? --sorprendió ella--.
__¿Por qué no? --asintió en la pregunta--.
Un aura; un ambiente perpetuo y sinuoso creaban al danzar así, tan ensimismados en ese ello que se forjaba, se iba de las manos y las bocas a terminar en los mismos barrios elíseos que los habían parido. Hubieran seguido danzando así, hasta sus propios velorios, ahí; solo ese era el objetivo del baile y su música y ellos coartándolo, por inútiles restringencias, necias palabras del odiar. Prohibido besarse en público, prohibido amar al público. El público amándose en la colegiada inmundicia de la privacidad escuchando el desfilar de los relámpagos y truenos de acero que cesgaban ciertas ideas, ciertas palabras, ciertas hambres.
Todo por la eterna deuda de querer ganar.
Eran tiempos de desgracia para cualquier levantamiento, ni se quería acordar de Juan Valle, con sorna de propaladora se repetía que había seleccionado un mal momento para levantarse a Gertrudys
__¿Y ahora quien se acuesta con Canteros? ¿Yo?
__Que se muera --dijo ella con un mínimo movimiento-- Si nos va a limpiar va a tener que hacerse cargo.
__¿Nunca vas a sonreir para mí? --cuestionó dulcemente Moscini al cercano oido de la dama-- Desde que te conozco jamás te vi sonreir. ¿Acaso te entristezco tanto?
__Si, en verdad sos una cebolla.
__Y vos mi pan. Mi pan dulce de navidad.
__Toda esta gente parece dormida, excepto los que miran. Pareciera que algo no los deja dormir.
__Rampoldi los hipnotiza. Cuando toque Sarrasani ya vas a ver como se despiertan.
__Quisiera que todo esto fuera un sueño.
__¿Qué tomaste?
__De enserio, eso quisiera.
__Ja, tomé yo y te pegó a vos.
__¿No viste lo que hice, no entendés lo que estoy diciendo?
__La suerte está echada, amor. Hay que engañar y bailar, nos hacemos invisibles en medio de todos estos cacatúas y ya veremos. No te preocupés ¿sí?
Moscini la abrazó contra su pecho propiamente como el último salvavidas universal, la última palmada de tierra firme en medio del diluvio. Juntos dibujaron un firulete que los dejaba cerca de la puerta trasera. Parecía costodiada hace rato por los monos de Canteros.