jueves, 6 de enero de 2011

Fotocopia

Me pregunto si seré yo o todo cada vez se parece más a una sola cosa; me pregunto si me tendrán miedo con tanta razón, me pregunto si piensan o reaccionan.
Antes caminar por mi ciudad era más tranquilo --en rigor continúa así-- pero en apariencias porque lo que ahora hay es paranoia; antes casas bajas, ahora departamentos.
Es la continuidad en los monos dar continuidad a los modos.
Si se establece que el estandar de belleza arquitectónico está dado por los diseños made in Palermo Soho entonces habrá que reproducirlo en todo ámbito posible hasta que sea Palermo Republic. Pero ojo, en esa republica solo entra gente Bvian (bien en nuetro idioma). No importa que el conurbano tenga un poco de barro, la vecindad de "calidad" necesita sentirse IN, necesita status superior para mantener el status quo.
Si alguien como yo osa salir de los actuales standares de la moda textil será peligroso, hasta en su propio barrio, en su propia barriada del conurbano, porque la ley dicta que ser pobre es ser peligroso, salir del uniforme del disciplinado es peligroso.
Entiendan que quienes acusan de peligroso hacen al peligroso, lo tientan, lo empujan, convertirse en ese peligro retroalimenta sus dichos y rompe el esquema de autodeterminación.
Los verdaderos peligrosos son aquellos que no parecen tales, los que visten traje y corbata, los que aparentan laboriosidad. De ellos hay que cuidarse porque son parte de la matrix y dificilmente alguien los pueda castigar. Y está bien que crean eso porque en una de esas pisan el palito y caen.
Felices vacaciones y sean peligrosos, piensen.